¿Sabes estar en silencio?

¿Cuándo fue la última vez que estuviste en silencio por al menos una hora?
Para Pitágoras -padre de las Matemáticas, la Filosofía y la Numerología- la disciplina del silencio era indispensable para quienes deseaban pertenecer a su selecto grupo de estudiosos, pues consideraba que era en el silencio donde el alma se convertía en ella misma lejos de las pasiones irracionales de los sentidos, y donde el espíritu podía manifestarse en su más pura esencia.
 
Cinco años de silencio era la prueba que debían completar… ¿Te imaginas?
 
En la era de la información, las redes sociales, Netflix, la comunicación, etcétera, esa prueba parece sencillamente imposible, pero no por eso deja de ser una práctica importante y necesaria para esos mismos fines que hace más de 2,500 años buscó Pitágoras.
 
Pero… ¿Cómo le hago para forjar el hábito del silencio?
 
Hoy es difícil que exista una manera específica, pues cada quien tiene su ritmo de vida, rutinas y actividades, así que no pretendas apegarte a una forma generalizada, pues solamente te presionarás y lo más seguro es que acabes frustrada.
 
De cualquiera manera aquí te dejo un par de consejos que te pueden ayudar a encontrar tu propia fórmula:
 
* Repasa tus rutinas diarias y encuentra ese momento de ocio del que puedes prescindir para hacerle un espacio al silencio.
 
* Identifica en tu casa o trabajo (o cerca de ahí) un espacio que te sirva como “refugio” para poder acudir a él a practicar tu silencio.
 
* Ve poco a poco. Empieza con un par de minutos, sin contarlos, disfrutándolo, observándolo conscientemente. Poco a poco ve aumentando el tiempo, buscando más espacios y más momentos hasta llegar a tu dosis ideal.
 
Si empiezas desde hoy, ahora mismo, verás que en poco tiempo no será necesario buscar ni el momento, ni el refugio, ni el tiempo, pues la disciplina del silencio será parte de tu vida y la transformará.